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jueves, 17 de julio de 2014
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domingo, 13 de julio de 2014
Estañol B., C. E. (1994). El telar encantado. México: Grupo editorial Miguel Ángel Porrúa.
- Distinguido neurólogo, además de escritor, Bruno Estañol conoce la mente del escritor y la de quienes no son escritores; es decir, conoce el cerebro: sus mecanismos, sus debilidades, sus potencias y sus patologías.
- Obras: El ajedrecista de la Ciudadela, novela maravillosa y fantástica, teñida de realidad, que viene a sumarse a los otros libros de este pródigo autor, entre ellos, en la narrativa, Morgana (1989), Ni el reino de otro mundo (1991), El féretro de cristal (1992), La esposa de Martín Butchel (1997), La barca de oro (1998), Bella dama nocturna sin piedad (2003), Pasiflora incarnata (2003) y en el ensayo científico-literario, La vocación condenada.
Dr. Eduardo Césarman
- Estudió medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México y la especialidad en cardiología en la Universidad de Cornell, Nueva York, E.U.
- Historiador y narrador, Profesor y Director del Colegio de Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México.
- Obras: Cuento: Cuarto menguante, Ensayos: Parámetros cardiológicos, Hombre y entropía, la vida es riesgo, orden y caos, entre otros.
Sin cerebro no se podría pensar...
y sin mente qué información poseería el cerebro.
¿Conocerse a sí mismo?
Según Bronowski, identidad del hombre para
diferenciarlo de las máquinas y otros animales…
Lo cual me lleva a reflexionar en que “el
conocimiento de uno mismo” suele ser
más una aspiración que una realidad. Pero Yo soy una realidad que pregunta y tiene
aspiraciones que busca respuestas, pero…
¿Cuántas veces nos detenemos a reflexionar, a
autoevaluarnos, a cuestionarnos y contemplar nuestro entorno?
Vivimos inmersos en un mundo de “leyes” y
olvidamos que nuestro corazón late y nuestro pensamiento busca dar respuesta ¿a
qué? El ser humano, a lo largo de la
historia, siempre se ha preguntado sobre su origen y en el presente libro, los autores nos introducen en la problemática
mente-cerebro, dentro de un marco histórico y desde aspectos filosóficos, neuropsicológicos,
médico y antropológicos. Sin embargo el
tópico aquí expuesto es una temática no resuelta, el “alma” en relación con el
cuerpo-mente y la capacidad del pensamiento es y ha sido uno de los grandes
misterios del ser humano. Ya que el cerebro humano es la mayor complejidad
creciente y éste mismo ha llevado a los científicos a empeñarse en descubrir
los secretos que esconde el interior del ser humano.
Numerosos estudios, admirables
investigaciones, preguntas inconclusas, las cuales han propiciado los inicios y
seguimiento de una más profunda investigación que responda el carácter mecánico
y misterioso de la vida aunado al sistema nervioso central, los cuales han
concluido sobre la importancia de comprender el cerebro humano.
“J. Bronowski es el hombre que en el momento actual ha expresado con mayor convicción la unidad
del cerebro y la mente. En su libro The Identity of Man
ha dicho que si el hombre es parte de la naturaleza, no debemos darle un status
privilegiado”. (Estañol B., 1994)
Bronowski opina que si el
hombre es parte de la naturaleza y parte del mundo animal, debe ser estudiado
como tal.
Algunos autores consideran que la mente es el
resultado de la complejidad de las conexiones neuronales. Por tanto, al
tratarse de procesos físico-biológicos, una vez que conozcamos a fondo el
funcionamiento del cerebro, podremos implementar dichos procesos en un sistema
mecánico (inteligencia artificial). Nuestro cerebro es "como una
máquina" en tanto que responde a estímulos. Pero por
lo que ahora conocemos de las máquinas
¿qué tanto se puede considerar
que el cerebro sea una máquina?
Otros
autores consideran que la mente no es reducible al cerebro. Los estados
mentales muestran unas características que superan la producción meramente
neuronal. Por ejemplo, las creencias y los deseos tienen un sustrato cerebral
que, sin embargo, no parece explicar la gran importancia que tienen en nuestros
comportamientos. Existe, por otro lado, una intencionalidad que es, además
subjetiva. Pero, sobre todo, lo que más llama la atención es que estamos
dotados de conciencia, tanto en el sentido de tener la capacidad de ser
consciente de algo, como en cuanto capacidad moral. Éstos son elementos
constituyentes de nuestra inteligencia que, sin embargo, no parecen fácilmente
reducibles a los meros fenómenos cerebrales. Por tanto, no parecen
implementables en una máquina.
¿Podríamos dotar de conciencia de la propia existencia a una máquina?
J. Bronowski afirma que el hombre es diferente de
la máquina por dos razones, la empatía afectiva y la capacidad de la mente
humana por aprender, es decir somos resultados de una genética y de una
cultura, la cual depende en gran manera del contexto social que nos rodea. Sin
embargo otros autores mencionan que las computadoras no tienen procesos
neurológicos, pero son capaces de
ejecutar determinados procesos que en los seres humanos calificamos de
mentales: cálculos aritméticos complicados, demostración de teoremas lógicos y
matemáticos, jugar a las damas y al ajedrez, etc.
Ante tal situación Bronowski
concluye que el hombre tiene dos tipos de conocimiento que la máquina nunca
tendrá juntos: el conocimiento de sí mismo y el conocimiento del mundo externo.
Chomsky considera que una
de las características de la psique humana es la libertad, y en esto se
diferencia de las leyes biológicas y físicas.
Y esta libertad ha llevado al ser humano a utilizar su cerebro para
adquirir del medio lo que necesita. Ha
creado la ciencia para conocer la naturaleza y la tecnología para
transformarla. Ha organizado la
sociedad, la economía y la política para lograr convivencias y
seguridades. Es decir el cerebro es quien controla todas
las funciones, con el propósito de subsistir en el medio. En nuestro caso
nuestro cerebro nos hace subsistir en nuestra vida y condiciona nuestra
existencia en virtud a los acontecimientos cotidianos.
La supervivencia es una ley de nuestro cerebro,
¿por qué nacemos?, para subsistir, pero para sobrevivir tenemos que comer,
beber, crecer y mantenernos en nuestra vida. En la corteza cerebral se sitúan
el lenguaje y la imaginación creadora.
El altruismo es un mecanismo para promover la supervivencia de la
especie. La memoria es el mecanismo para
acumular información. La cultura, la
ciencia y la tecnología se han convertido en una memoria con el sentido de
información disponible para toda la especie. El cerebro irá adaptando los signos, los
ruidos y las palabras que escuchamos para ir componiendo nuestros primeros
vocablos con la intención de ser entendidos y comprendidos ¿con que fin?, la
supervivencia.
Pero no solo el cerebro nos condiciona para
sobrevivir de lo elemental, también va almacenando en la memoria toda nuestra
vivencias y experiencias adaptándolas a nuestros pensamientos, decisiones,
erróneas o acertadas, y sirviendo de guía a nuestra vida.
Francis D. Crick, ha dicho “No hay objeto de
estudio más vital para el hombre que el estudio de su propio cerebro. Nuestra visión del universo depende por
completo de él” (Estañol B., 1994)
El cerebro humano es un telar encantado con un
diseño complejo capaz de dar significado y responder a estímulos de su entorno.
REFERENCIAS
CONSULTADAS
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viernes, 11 de julio de 2014
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